domingo, 28 de febrero de 2010

Otra Medellín para mostrar

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Por Luisa Fernanda Yepes

Medellín se transformó; algunas calles no son las de antes y los sitios deportivos recibieron notables mejoras, todo esto con motivo de los Juegos Suramericanos 2010.

Varias empresas han modificado su imagen y ahora sus logos llevan los colores del evento deportivo. Muchas figuran como patrocinadoras del acontecimiento y son de origen nacional o internacional, entre ellas se encuentran: UNE, Familia, Colanta, Avianca, Coca Cola, Haceb, el Metro de Medellín, Tissote y Sura.

Por estos días se presenta una ciudad que no conocíamos, una urbe dedicada a la recreación y al deporte. Para ello se inauguran escenarios como: el Coliseo de Baloncesto Iván de Bedout, el Coliseo de Voleibol Jesid Santos, el Coliseo de Gimnasia y una bolera gratuita, entre otra cantidad de espacios con construcciones extraordinarias que albergan grandes cantidades de personas.

Los Juegos Suramericanos incluye deportes olímpicos y otros que no se encuentran dentro del programa de las Olimpiadas, como el boliche y el karate. Además, está integrado por países como Colombia, Venezuela, Brasil, Chile, Perú, Ecuador, Antillas Holandesas, Surinam, entre otros.

La competición es el principal evento de ODESUR -Organización Deportiva Suramericana- y se realiza cada cuatro años, desde 1978 cuando se efectuó por primera vez en La Paz, Bolivia.

En el 2006, Bolivia se postuló para ser sede de la competición. Según el blog deportesbolivia.blogspot.com, el país atravesaba conflictos sociales y políticos desde el 2005.

Hace 4 años la sede de los Juegos Suramericanos fue Buenos Aires. La experiencia en la organización de eventos y la trayectoria deportiva de Argentina posibilitaron la consecución de la ciudad como sede para el 2006.

Medellín como sede de los Juegos Suramericanos en el 2010, demostró las intenciones de mejorar la imagen de la ciudad a través de eventos -lo mismo sucedió con el BID- y venderla como destino seguro y sin violencia.

Algo similar sucedió con China, sede de los olímpicos 2008. Según el diario virtual bbcmundo.com, en la inauguración "una lluvia de fuegos pirotécnicos y una secuencia de coreografías que evocaban la milenaria cultura china, hipnotizaron a las 90.000 almas presentes en el estadio olímpico de Pekín, conocido como el Nido de pájaros". Después de esto el mundo quedó impresionado y una nueva imagen de Pekín se vendió al resto del planeta.

Se espera que la urbe cumpla con las expectativas que plantea, no sólo a nivel de estructuras sino en organización, seguridad y desarrollo del evento. Además, que esta posibilidad le abra las puertas para que se desarrolle como una ciudad más integral y equitativa, donde el deporte prime en la vida de sus habitantes.

martes, 23 de febrero de 2010

Un arma de doble filo

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Por Luisa Fernanda Yepes

En un mundo donde la mayoría está en contacto virtual, pocos se detienen a pensar cuál es el verdadero fin de tanta interactividad, de lo multimedia o de las relaciones a través de redes sociales.

Para muchos es considerado una pérdida de tiempo, un aislamiento. Para los más jóvenes es la mejor manera de ponerse en contacto. La soledad no es posible, mientras un computador esté cerca, o al menos eso nos hace pensar la sociedad contemporánea.

En el artículo de opinión de María Elvira Bonilla Cosecha de amigo, publicado el 21 de febrero de 2010 se propone a la red social Facebook como un sistema por el cual las viejas amistades reaparecen y tenemos conocimiento de aquellas vidas que marcaron la nuestra en un pasado lejano.

María Elvira Bonilla asegura, "por alguna indescifrable razón el Facebook no es un paño de lágrimas de tragedias y sinsabores sino más bien un espacio virtual de calidez y compinchería".

Yo me atrevería a decir que se debe tener cuidado con esa idealización. Las redes sociales se pueden convertir en armas de doble filo y más en sociedades donde la soledad conlleva a niños y jóvenes a cometer crímenes y locuras.

Basta con mencionar ejemplos como los jóvenes Jhon Anderson Sierra Molina y Juan Sebastián Obando Castro que asesinaron a una adolescente -Ana María Chávez-, por robarle dinero, joyas y un computador portátil. Los antioqueños contactaron a la universitaria a través de la red social y luego estuvieron en su residencia.

O también el conocido caso de Nicolás Castro, presunto creador de un grupo en la red social nombrado "me comprometo a matar a Jerónimo Uribe, hijo de Álvaro Uribe". Este caso sigue bajo investigación, pero deja en claro dos polémicas. La primera de ellas es la falta de consciencia en el medio, al escribir mensajes amenazantes o que posiblemente afecten la dignidad de los demás. La segunda es la utilización de estos espacios para incitar a las personas a delinquir.

A Bonilla se le escaparon aspectos de esta magnitud y se dejó deslumbrar por lo maravilloso del espacio social. Sin embargo, debe tener en cuenta que no todos los ciudadanos están preparados para afrontar las desventajas que trae consigo la tecnología.

Además se ha perdido el límite que divide la vida privada y la pública. El mal manejo de la herramienta ha desencadenado robos y suplantación de identidad.

La red social no se puede afrontar como "buena o mala", se deben analizar sus matices, las posibilidades que tiene esta herramienta y el uso que se le dé.

jueves, 11 de febrero de 2010

El arte de informar

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Por Luisa Fernanda Yepes


En la conmemoración del día del periodista, el pasado 9 de febrero, muchos decidieron hacer un alto en el camino y evaluar el desarrollo del oficio dentro de la sociedad.

Según el profesor José Guillermo Ánjel: "cada pueblo tiene los medios de comunicación que se merece". La sociedad colombiana está plagada por la corrupción, el narcotráfico y una necesidad de conocer los hechos más escalofriantes.

Según eso, una serie de periódicos sensacionalistas se encargan de mostrar la información de la manera más cruel y sanguinaria. Asimismo los canales privados demuestran la degeneración de las personas con titulares referentes a asesinatos, cuchillos e intolerancia.

Qué sucedería si por el contario, los periodistas nos encargáramos de mostrar la verdad en diferentes ámbitos de la vida, si se dijera lo que sucede con los políticos de manera transparente, si no existieran cortinas de humo, si de verdad se informara al público con ideales claros sobre la información y con todas las posibles fuentes de la misma.

Hay muchas formas de hacer periodismo. Nos lo demostró alguna vez Gay Talese con el conocimiento profundo de un gran artista en Frank Sinatra está resfriado; con las historias de una Nueva York plena de detalles en Nueva York, una ciudad de cosas inadvertidas.

También lo ilustró Juan José Hoyos con su libro El oro y la sangre, donde se evidencia un periodismo investigativo que llega al fondo de la situación. Y así podrían existir muchas formas más de hacer el oficio, pero un elemento no variaría en cualquier tipo y es la ética. Sin ética toda información carece de importancia.

Es el periodismo una forma de transformación social; la ética es indispensable dentro de ese gestor de cambios. Los medios llegan a los oídos, a los ojos, a los sentidos y a las mentes de muchos colombianos, una contribución a su forma de pensar traería grandes beneficios al país.

Si se le ofreciera al público contenido de mayor valía, información verificada con varias fuentes - diferentes a las oficiales-, y análisis apoyados en la historia, el ciudadano podría tomar mejores decisiones y tendría una opinión que provocaría verdaderos cambios.

A propósito de esa atadura de la Comunicación Social y el Periodismo a la Historia, Ramón Maya se refirió: "si no hay historia, no hay memoria;si no hay memoria no hay identidad; si no hay identidad no hay Estado".

Es allí donde se puede reflexionar en el sentido que el periodismo le da a la vida actual de los ciudadanos. Es un aporte a la historia de hoy, es un informante, es un pensador y también recuerda, una y otra vez, lo que un día fuimos y que seguimos siendo, porque en Colombia se olvida con rapidez y los errores del pasado son un circulo vicioso.

No es fácil informar, no lo es tampoco analizar las situaciones. Soporto la idea de pensar en el periodismo como un arte, donde día a día se elaboran trazos de la actualidad y se pinta con palabras lo que afecta a muchos.

sábado, 6 de febrero de 2010

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Por Luisa Fernanda Yepes

En el marco de las elecciones presidenciales, los candidatos comienzan sus campañas y atacan a la población con ideas esperanzadoras de un país mejor, sin violencia ni narcotráfico.

Uno de ellos es Gustavo Petro que se impone con una imagen al estilo "pop art". Este tipo artístico, que se refiere a la iconografía de cultura popular publicada en medios de comunicación convertida en arte, tuvo su auge en los Estados Unidos a finales de los años 50.

Con ello aparenta juventud, y un modo de pensamiento similar a esa etapa de la vida, o mejor, se muestra con una política cercana a lo popular, es decir, a las masas y a las clases sociales menos favorecidas.

Y con ese discurso se impone asegurando que el principal problema de Colombia es la desigualdad social y de allí se desprenden la pobreza, la violencia y el narcotráfico. Se puede pensar que Petro se olvida de aspectos fundamentales, por ejemplo, la construcción de ciudades como espacios donde reinen la convivencia y el diálogo.

Olvida además los decenios, e incluso los siglos, donde la sangre y el combate fueron las protagonistas en el sur del continente. La guerra entre indígenas y españoles; conservadores y liberales; guerrillas y paramilitares, son sólo algunos casos.

Reducir la desigualdad social en términos de trabajo es un alternativa, la educación y la enseñanza de formas de tolerancia y respeto por los demás es terminar con el ciclo repetitivo de guerras, a las que se nos acostumbró desde antes de nacer.

Como lo asegura José Guillermo Ánjel en el libro Condición de ciudadanía, conversación sobre la ciudad que nos toca: "un ciudadano se enfrenta a otro porque no hay ciudad, es decir, porque la ciudad no otorga espacios debidos para ejercer la ciudadanía".

Además del trabajo, las ciudades y los espacios rurales solicitan una inclusión a las víctimas de guerra; educación, apoyo psicológico y sobretodo una reintegración a la sociedad.

Por otro lado, son certeros los argumentos de Gustavo Petro al proponer un proceso de negociación judicial donde los narcotraficantes entreguen sus tierras y reparen a las víctimas, a cambio de rebajas de pena y beneficios.

Pero queda un espacio importante vacío, dentro de la problemática de Colombia. La guerrilla - en especial las FARC- por años se ha tomado a través de la fuerza y las armas los pueblos y las zonas rurales del país, el aspirante a la presidencia no demuestra planes de acción claros.

Según el escritor y periodista Héctor Abad Faciolince: "Hay un solo camino para salir de este círculo vicioso de violencia y exterminio: que una de las partes, la que se levantó en armas ilegalmente, declare de modo unilateral que suspende la lucha armada y que enfunde los fusiles en una actitud expectante".

Quizás algún día un líder, como muy pocos, dirija al país con ideales claros, piense en los niños - en su alimentación adecuada, en la educación-, posibilite un futuro con mayor empleo, seguridad en las calles y bajos índices de violencia.