jueves, 11 de febrero de 2010

El arte de informar

Por Luisa Fernanda Yepes


En la conmemoración del día del periodista, el pasado 9 de febrero, muchos decidieron hacer un alto en el camino y evaluar el desarrollo del oficio dentro de la sociedad.

Según el profesor José Guillermo Ánjel: "cada pueblo tiene los medios de comunicación que se merece". La sociedad colombiana está plagada por la corrupción, el narcotráfico y una necesidad de conocer los hechos más escalofriantes.

Según eso, una serie de periódicos sensacionalistas se encargan de mostrar la información de la manera más cruel y sanguinaria. Asimismo los canales privados demuestran la degeneración de las personas con titulares referentes a asesinatos, cuchillos e intolerancia.

Qué sucedería si por el contario, los periodistas nos encargáramos de mostrar la verdad en diferentes ámbitos de la vida, si se dijera lo que sucede con los políticos de manera transparente, si no existieran cortinas de humo, si de verdad se informara al público con ideales claros sobre la información y con todas las posibles fuentes de la misma.

Hay muchas formas de hacer periodismo. Nos lo demostró alguna vez Gay Talese con el conocimiento profundo de un gran artista en Frank Sinatra está resfriado; con las historias de una Nueva York plena de detalles en Nueva York, una ciudad de cosas inadvertidas.

También lo ilustró Juan José Hoyos con su libro El oro y la sangre, donde se evidencia un periodismo investigativo que llega al fondo de la situación. Y así podrían existir muchas formas más de hacer el oficio, pero un elemento no variaría en cualquier tipo y es la ética. Sin ética toda información carece de importancia.

Es el periodismo una forma de transformación social; la ética es indispensable dentro de ese gestor de cambios. Los medios llegan a los oídos, a los ojos, a los sentidos y a las mentes de muchos colombianos, una contribución a su forma de pensar traería grandes beneficios al país.

Si se le ofreciera al público contenido de mayor valía, información verificada con varias fuentes - diferentes a las oficiales-, y análisis apoyados en la historia, el ciudadano podría tomar mejores decisiones y tendría una opinión que provocaría verdaderos cambios.

A propósito de esa atadura de la Comunicación Social y el Periodismo a la Historia, Ramón Maya se refirió: "si no hay historia, no hay memoria;si no hay memoria no hay identidad; si no hay identidad no hay Estado".

Es allí donde se puede reflexionar en el sentido que el periodismo le da a la vida actual de los ciudadanos. Es un aporte a la historia de hoy, es un informante, es un pensador y también recuerda, una y otra vez, lo que un día fuimos y que seguimos siendo, porque en Colombia se olvida con rapidez y los errores del pasado son un circulo vicioso.

No es fácil informar, no lo es tampoco analizar las situaciones. Soporto la idea de pensar en el periodismo como un arte, donde día a día se elaboran trazos de la actualidad y se pinta con palabras lo que afecta a muchos.

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