La señora no lo sabía, creía que hacía una obra de caridad. El señor sí lo sabía: pedía agua, no por necesidad, sino por beneficio.
/yo como y bebo de lo bueno y no tengo hora fija,de mañana tarde o noche no hago dieta, yese amor que alimenta a mi fantasía, es misueño es mi fiesta es mi alegría/
La canción de la Banda Capiro, “Cama y Mesa”, sonaba como un fondo perfecto para la ocasión. El hombre galante se acercó a la puerta, se arreglo su camiseta rota, sus pantalones derruidos y acabados, se rascó un pie, no usaba ni medias ni zapatos, y dejó ver sus uñas negras.
Sonrió y tocó el timbre del apartamento 101. La señora salió con cara de angustia y pesar, preguntó qué necesitaba el extraño y cerró la ventana.Minutos después salió con un vaso de agua y asintió como si pensara “es que un vaso de agua no se le niega a nadie”.
0 comentarios:
Publicar un comentario