miércoles, 19 de agosto de 2009

Un vaso de agua no se le niega a nadie

La señora no lo sabía, creía que hacía una obra de caridad. El señor sí lo sabía: pedía agua, no por necesidad, sino por beneficio.

/yo como y bebo de lo bueno y no tengo hora fija,de mañana tarde o noche no hago dieta, yese amor que alimenta a mi fantasía, es misueño es mi fiesta es mi alegría/


La canción de la Banda Capiro, “Cama y Mesa”, sonaba como un fondo perfecto para la ocasión. El hombre galante se acercó a la puerta, se arreglo su camiseta rota, sus pantalones derruidos y acabados, se rascó un pie, no usaba ni medias ni zapatos, y dejó ver sus uñas negras.

Sonrió y tocó el timbre del apartamento 101. La señora salió con cara de angustia y pesar, preguntó qué necesitaba el extraño y cerró la ventana.Minutos después salió con un vaso de agua y asintió como si pensara “es que un vaso de agua no se le niega a nadie”.

El señor pidió lo respectivo: dinero y ella se negó. El agua rodó por la acera, miles de gotas salpicaron el ingreso al edificio y un portazo se escuchó después del caluroso incidente.

0 comentarios:

Publicar un comentario